La limpieza de la chimenea, es una tarea muy importante a realizar. De esta manera evitaremos que se produzcan incendios en la casa y que se acumule suciedad innecesaria. La limpieza de la chimenea, es esencial para mantener el cuidado de la casa y de la familia.
Mucha gente, prefieren que le limpien la chimenea personal cualificado, es decir profesionales, así se ahorran tiempo en el cuidado de la chimenea. Pero si quiere ahorrarse un dinero, la mejor opción es que uno mismo se limpie su chimenea.
Limpieza de chimeneas
Cada semana tendrá que comprobar el interior de la chimenea, dependiendo de la frecuencia con la que la utilice se limpiará más o menos. La frecuencia de limpieza, también dependerá del tipo de madera que queme dentro de ella.
La regla general para medir cada vez que tenemos que limpiarla, es mirando la cantidad de hollín y creosota, que hay en las paredes de la chimenea, más o menos tiene que haber unos 3 milímetros, entonces ya tenemos que limpiarla. Por tanto, si utilizamos a diario la chimenea, se aconseja limpiarla una vez al año. Si el uso es esporádico, lo normal es limpiarla cada dos años.
El hollín y la creosota son subproductos que resultan de quemar la madera. Cada vez que utilizamos la chimenea, se crea carbón, que desprende un polvo negro llamado hollín. La creosota, es un líquido resbaladizo, que se adhiere a las paredes internas de la chimenea.
Cada vez que se produce un incendio o hacemos fuego, el hollín y la creosota siempre están presentes. Es muy importante limpiar las chimeneas de las casas, por que la creosota es muy inflamable y cada año causa miles de incendios en las chimeneas de los hogares.
Si lo que queremos es hacer un mantenimiento rápido de la chimenea, le aconsejamos hacerlo con productos específicos, como los conocidos como anti hollín. Son muy fáciles de utilizar, se arroja una cantidad de producto sobre las llamas, y en cuestión de minutos se deshace el hollín acumulado en las paredes.
Estos productos ayudan a mantener en buenas condiciones el interior de las chimeneas, pero para limpiarlas a fondo no es suficiente. Seguidamente le daremos unas pautas para limpiar la chimenea con mas profundidad.
Para limpiar la chimenea, recomendamos vestirse de manera adecuada, con unos pantalones viejos que pueda manchar y camisetas de manga larga que se puedan ensuciar.
También debe llevar una gorra o una bufanda para proteger el pelo de suciedades, y no se olvide de ponerse una máscara o pañuelo atado alrededor de la boca y nariz para poder respirar mucho mejor y un par de guantes para proteger sus manos.
También necesitará una luz, para ver donde limpia, un cepillo pequeño de alambres rígidos y un cepillo de chimenea. Todos estos utensilios los pude comprar en una tienda en la que vendan productos de limpieza para la casa.
De todos los productos, el cepillo para chimeneas será el más caro ya que este tiene que ser de buena calidad, pero con las limpieza lo amortizará sin darse cuenta.
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Luego, coloque una capa gruesa de periódicos viejos o unos cuantos trapos, para proteger el área de alrededor de la chimenea. Los papeles o trapos, deben extenderse por toda la superficie a proteger.
Coja una manta vieja y bien grande y la rocía con agua para humedecerla. Coloca la manta sobre la abertura de la chimenea. Esto evitará que los restos de creosota, hollín y otros materiales que están en el interior de la chimenea, entren en su casa y ensucien todo el suelo.
El siguiente paso es llegar hasta el interior de la chimenea y buscar el asa de la placa, que se encuentra en el interior de la chimenea. Tire de ella y limpie la placa con el cepillo de alambres rígidos.
Luego procederemos a limpiar las paredes de la chimenea. Cogeremos el cepillo para limpiar chimeneas, lo mojaremos en una solución que contiene un litro de agua tibia, tres vasos de vinagre blanco y frotaremos las paredes enérgicamente.
Si las paredes están muy sucias, mojaremos el cepillo en un preparado de agua, lejía y bicarbonato. El cepillo para limpiar chimeneas, tiene un mango largo, por lo que nos facilitará llegar a rincones altos de la chimenea.
Una vez frotada la parte baja de la chimenea, procederemos a frotar la parte superior de la chimenea, con el cepillo para chimeneas.
Para acceder a la parte superior de la chimenea tendremos que subir a la azotea de la casa, introducir el cepillo en el interior de la chimenea, presionar este hacia abajo y moverlo hacia abajo y hacia arriba varias veces. Asegúrese de llegar hasta el fondo, en la medida de lo posible. El palo del cepillo le ayudará a llegar más fácilmente.
Una vez haya limpiado la chimenea con el cepillo, retire la manta humedecida que había colocado en el exterior
. Limpie cuidadosamente el hollín y la creosota, que hayan podido salir sin querer de la chimenea y vuelva a colocar la compuerta de metal. Finalmente, hacer una limpieza rápida de lo que vea que no haya quedado del todo bien.